Una india cautiva. El deseo de libertad.
La tragedia que da nacimiento al árbol.
Este
árbol (de nombre científico erythrina
cristagalli) originario de nuestro continente es también conocido como seibo, eíbo o bucare.
Crece
en la zona subtropical y pertenece a la familia de las leguminosas (las
semillas se conservan en vainas). El tronco se ramifica a varios metros del
suelo aunque algunos lo hacen desde la base. La corteza es esponjosa y cubierta
con abundante corcho. Pierde sus hojas en invierno y sus flores son de un rojo
carmesí.
Cuentan
las distintas versiones de la leyenda que a orillas del río Paraná vivía Anahí, una indiecita con rasgos toscos
pero con una voz tan dulce que deleitaba a todos los de su tribu durante sus
cantos por la tarde, en honor a los dioses y a su tierra amada…
Mas
un día llegaron los invasores de piel blanca que les arrebataron la tierra, los
privaron de libertad y le quitaron sus dioses.
Anahí
que había sido tomada prisionera junto a los de su tribu pasaba los días
llorando y las noches en vela añorando esos días de libertad.
Una
noche en que el centinela que los cuidaba fue vencido por el sueño, la joven
india intentó escapar. Cuando logró hacerlo, su carcelero despertó. En la
desesperación por lograr su libertad ella hundió un piñal en el pecho del
guardián y huyó rápidamente hacia la selva.
Los
gritos agónicos del moribundo carcelero despertaron a los otros españoles que
enseguida comenzaron con la cacería de la desdichada Anahí.
En
poco tiempo fue apresada por sus perseguidores quienes decidieron, en castigo
por lo que había hecho, condenarla a muerte en la hoguera.
La
ataron a uno de los árboles del lugar y encendieron el fuego. La joven aceptó
su destino y su sufrimiento sin siquiera pronunciar una palabra a pesar que las
furiosas llamas se estiraban abrazándola.
Al
amanecer del día siguiente los españoles se encontraron con que Anahí se había
transformado en un hermoso árbol de relucientes hojas verdes y de rojas flores aterciopeladas como un
símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.
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