Cultura Folk en Imágenes

La leyenda del Crespín


Son varias las versiones que hablan sobre el origen de ésta huraña ave pero todas coinciden en el drama que vivió una pareja de campesinos.

El Crespín (Tapera naevia) es un ave de aproximadamente 29 cm. que posee un plumaje ocráceo. Tiene un copete despeinado y eréctil de color rufo y estriado como el dorso. Su cola es estriada y rufa. La ceja es blanca mientras que la ceja malar es negra. El pico es amarillento con el culmen negro. Es un ave pasiva y es mucho más vista que oída. Se alimenta de ratones chicos y culebras.

Emite un silbido melancólico, aún de noche que ha dado lugar a las diferentes leyendas. Aquí una de ellas...

Existió una vez en un pueblo rural un matrimonio de campesinos que vivía del labrado y el cultivo de las tierras.

El problema era que mientras el hombre era trabajador, paciente y estaba contento con su trabajo, su mujer contrariamente era despreocupada y haragana, muy amiga de los bailes y las bebidas por lo cual solía estar triste y malhumorada.

Cierto año en que la cosecha había sido abundante y aprovechando que su marido Crespín se hallaba en el campo segando el trigo, decidió abandonarlo comunicándole su decisión a través de un vecino que encontró en su camino.

Doña Crespina se dedicó a ir de baile en baile disfrutando de las bebidas, los chipas y los chamamés, ahora que era libre.

A su vez el marido enterado de la situación se resignó a vivir solo pero no pasaron muchos días sin que cayera enfermo. Enterada, su mujer, de la situación volvió a visitarlo más que nada por el cargo de conciencia. Decidió ir a buscarle remedios pero en su trayecto se topó con una fiesta en un rancho vecino. Con la excusa de descansar los pies se acercó por un ratito pero pronto se olvidó de su misión al dejarse llevar por la bebida, el canto y el baile.

Cuando más alegre estaba, vinieron a avisarle que su marido se había agravado y que quería verla. Pero Crespina le contestó al mensajero que la vida era demasiado corta para divertirse y larga para sufrir, por lo que iría en cuanto terminase la fiesta. Lo mismo contestó a los que vinieron a buscarla el segundo y tercer día. Cuando le avisaron que su esposo había fallecido no le dio importancia y siguió en el baile.

Los vecinos lo velaron y le dieron sepultura a Crespín sin que su esposa interviniera para nada.

Pasados varios días y finalizada la fiesta, Crespina regresó a su hogar encontrándose en la más terrible soledad. Acongojada pasó días y días llorando por los campos en busca de su marido llamándolo una y otra vez sin cesar: - Crespín…Crespín…

Enloquecida por el dolor le imploró a Dios que le otorgara alas para proseguir con su búsqueda, Dios respondiendo a su suplica la transformó en ave.

Desde entonces se convirtió en un pájaro solitario que en la época de cosecha se lo suele escuchar llamando a su compañero con su dolido acento: - Crespín…Crespín...

0 comentarios:

Publicar un comentario